Mauricio Afanador, Juan Pablo Ruiz y Mauricio Iregui son tres amigos, amantes del alpinismo, que desde hace 30 años tuvieron la ingeniosa idea de fundar un café dedicado a los amigos, a la tertulia sobre montañismo, a la buena comida y a los momentos íntimos. Son dos lugares los que crearon estos tres veteranos del montañismo. Uno es Café y Crepes, ubicado en la Carrera 16 No. 82 – 17, y el otro es el Café de la Montaña ubicado en la Diagonal 108A No. 8 – 11. Este último reúne toda la magia del mundo montañista y desde hace ya varios años brinda a las personas un espacio íntimo y acogedor.

Diferentes salones con mesas de madera y una vasta decoración alusiva al montañismo, con tesoros ocultos y fotografías de antaño, conforman el entorno del lugar. La ubicación del sitio hace que sea el espacio predilecto para quienes les guste la intimidad y para los que prefieren que nadie los encuentre. En él se pueden encontrar todas las variedades de café, desde el orgánico, hasta un simple espresso. Dentro de las especialidades de la casa están los crepes, postres, ensaladas y una carta de cócteles con nombres salidos de las rutas de escalada en roca de las montañas en Suesca, Cundinamarca. Nombres como el Sube Cuerda, el Vuelo Nocturno o el Traversos Lochos, hacen parte de la lista de bebidas para una noche de amigos.

Café Centro Nacional de la Montaña, como es su verdadero nombre, ofrece también unas deliciosas onces santafereñas, típicas de las cordilleras cundiboyacences de nuestro país. Así que si quiere probar una deliciosa almojábana con un espumoso chocolate o una exquisita agua de panela con queso, puede ir a la fija y pedir unas tradicionales onces santafereñas.

El exceso de alcohol es perjudicial para la salud, Ley 30 de 1986. Prohíbase el expendio de bebidas embriagantes a menores de edad y mujeres embarazadas, Ley 124 de 1994.